Cuando llega la hora de comer, el instinto te lleva al lugar adecuado, casi siempre...
Esta vez, paseando por el centro de Granada, recién llegado de Valencia -de un tirón- y con bastante hambre, me puse a buscar alimento una vez organizadas las cosas en el hotel y pertrechado con mis cámaras.
Me distrajo el bullicio de las calles del centro de esta preciosa ciudad, hasta tal punto que olvidé coger un mapa. Y en mi paseo aparecí en la Plaza Romanillos, donde descubrí una curiosa estatua de un labriego conduciendo un burro y, justo detrás, el restaurante Ermita Centro, cuyo aspecto me invitó a sentarme, en principio para refrescarme con una cervecita pero, una vez leida la carta y comentada con el camarero, decidí quedarme a comer...
Dió comienzo el festin con una refrescante Ensalada de Remojón, riquísima mezcla de naranja y bacalao, con cebollita y huevo duro, convenientemente aliñada.
Después algo de proteinas con un Secreto Ibérico con patatitas y..el postre: fribolidades de la Ermita, surtido de dulces típicos granainos. Dulces muy dulces, como los Pioninos.
Un vinito tinto de la tierra y para finalizar un Gvine con Fever Tree, que ya sabéis que me gusta.
Ermita Centro
Plaza Romanillos, Granada
Precio: 30,-€
Puntuación: 6/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario